¿Cómo ser feliz en la vida? SECCIÓN 2

[Raquel Segovia]

“Realmente se sentarán, cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá nadie que los haga temblar.” (MIQUEAS 4:4)

LO QUE se necesita para ser feliz es básicamente lo siguiente:

• paz y seguridad

• familiares y amigos que nos amen

• buena salud

• alimento, ropa y vivienda

• un propósito en la vida

• una esperanza para el futuro

Para muchas personas, algunas de estas necesidades —si no todas— son difíciles de satisfacer. Las Escrituras contienen guía práctica que puede ayudarnos a sacar el mejor partido de nuestras circunstancias, sean cuales sean. Y más importante aún, nos dan razones para creer que la vida en la Tierra será mucho mejor en el futuro cercano. En efecto, será como Dios quería que fuera.

¿Qué dicen las Escrituras sobre lo que necesitamos para ser felices?

Paz y seguridad

“Hace cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra.” (SALMO 46:9 [46:10, MK])

Alimento, ropa y vivienda

“Ciertamente edificarán casas, y las ocuparán; y ciertamente plantarán viñas y comerán su fruto.” (ISAÍAS 65:21)

Una esperanza para el futuro

“Yo mismo bien conozco los pensamientos que estoy pensando para con ustedes —es la expresión de Jehová—, pensamientos de paz, y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza.” (JEREMÍAS 29:11)

¿Son las personas más felices ahora que tienen más posesiones?

El psiquiatra Viktor E. Frankl afirmó: “Hoy día hay cada vez más personas que tienen medios de vida suficientes, pero para las que ésta carece de sentido”. Hace mucho tiempo, las Escrituras señalaron que ir tras las riquezas y el placer sin tener un propósito importante en la vida provoca sentimientos de vacío e insatisfacción. “Un simple amador de la plata no estará satisfecho con plata, ni ningún amador de la riqueza con los ingresos. Esto también es vanidad.” (Eclesiastés 5:10[5:9, MK].) Aunque en apariencia los ricos llevan una vida cómoda y placentera, lo cierto es que “aun en la risa el corazón puede estar con dolor” (Proverbios 14:13).

Ahora bien, ¿quién puede enseñarnos a llevar una vida con verdadero sentido?